Ha pasado un tiempo desde el último post.
Cuando leas esto, es posible que hayas regresado de tus vacaciones, o que aún estés en ello.
La vuelta siempre cuesta. Eso de dedicarnos a vivir y descansar, sin las obligaciones del trabajo o los horarios fijos, suele ser liberador.
Por mi parte, ha sido un verano intenso, con mucho trabajo y formaciones en marcha.
Antes de eso, tuve una etapa con sensación de estancamiento.
Hay momentos así, como el agua detenida donde nada se mueve.
Cuando eso pasa, existen al menos dos alternativas: seguir estancados, o elegir movernos.
He comprobado a lo largo de los años que mirar durante demasiado tiempo el agua estancada, nos lleva al pozo.
Necesitamos el movimiento, porque eso es la vida.
La energía que somos nos quiere vitales, dinámicas-os, activas-os, buscadores.
Con el tiempo cambiamos, queremos y necesitamos otras cosas, distintas relaciones, contextos, espacios diferentes para ser nosotras-os, en cada momento.
Si eliges moverte en alguna dirección, cuando viene el estancamiento, creas nuevos circuitos en tu mente. Aparecen posibilidades donde antes no veías nada.
Pero, si no permites el movimiento de vida, el agotamiento se apodera de ti.
La apatía, la inquietud, la ansiedad… Son compañeros de camino en la vuelta al trabajo y la rutina.
Por eso, te invito estos días a reflexionar acerca de dónde te has quedado estancada-o.
Y a mover ficha ahí.
Con algún pequeño gesto, idea, posibilidad, intención.
Para que el agua empiece a fluir hacia la persona que quieres ser.
Voy a ayudarte en esto.
Con recordatorios, propuestas, ideas. Para que logres mejorar la gestión del agotamiento, el estrés, la ansiedad y la apatía.
Así que, si todavía no me sigues en Instagram, te invito a hacerlo.
Te invito a formar parte de esta comunidad de valientes que se atreve a ser cada vez más libre.
¡Nos vemos dentro! 🙂