Atravesamos tiempos de crisis. El miedo colectivo de estos últimos meses, y especialmente el estado de alarma que nos mantiene en confinamiento forzoso, está disparando lo mejor y lo peor en cada persona.
Lo mismo sucede con las empresas. Aquellas organizaciones que gestionan sus recursos humanos desde el despotismo, mirando solo los resultados y perdiendo de vista a los empleados, han exacerbado sus malas praxis. Esto es una reacción instintiva, provocada por el miedo. Porque esta crisis amenaza la economía y el sistema de consumo tradicional, a escala global.
Si sufres Desgaste Profesional a consecuencia de presiones directas o indirectas, sobrecarga de trabajo, falta de recursos, ausencia de directrices, desvalorización en tu trabajo, un entorno tóxico.., es posible que el teletrabajo arrastre las mismas deficiencias. Es posible que los mismos vicios se estén acentuando y que se hayan trasladado a tu casa.
Estos días el trabajo entra en tu esfera privada: convives con él desde un ámbito doméstico. Ten presente que este ámbito, sigue siendo tu espacio vital, donde (temporalmente) atiendes las obligaciones que el trabajo requiere. Sigue siendo tu vida privada, donde existen horarios y hábitos de familia, que necesitas seguir respetando, aunque los hayas adaptado a las circunstancias. Establece tus pausas, tus horarios definidos, y todas aquellas costumbres que faciliten tu día a día. Llevarse el trabajo a casa por fuerza mayor, no significa aparcar tu vida para cederle todo el espacio.
Cuando crecen los nervios, las presiones, la incertidumbre acerca del futuro, tal vez el miedo a perder tu trabajo… Es necesario hacer una pausa diaria para tomar cierta distancia. Te invito a contemplar estos momentos de dificultad como una oportunidad para transformar todo aquello que ha dejado de servirte.
Quizás ya no te sirven las presiones, las prisas, ni te sirve la autoexigencia constante que te impones. No te sirve el sentimiento de culpa cuando no trabajas, ni te sirve mantenerte siempre conectada. ¿De qué te ha servido dejar de atenderte estos años y olvidarte de ti? La crisis, la paralización del sistema, la incertidumbre y el miedo, están aquí ahora. Por mucho afán que tengas en mantener tu trabajo y tu vida bajo control, la vida es incontrolable por definición. Actúa según sus propias leyes.
Tal vez es tiempo de observar qué patrones de conducta tienes que han dejado de servirte. Qué pensamientos hay en tu mente, que están dirigiendo tu vida profesional, y que han quedado obsoletos. Quizás son pensamientos del tipo:
“Tengo que conservar o promocionarme en este empleo, para mantener este nivel de vida, esta casa, este colegio para mis hijos, este coche, estas vacaciones”; “Estoy atrapada en una espiral de obligaciones, sin escapatoria”; “Me gustaría cambiar de trabajo, pero no sé cómo hacerlo”.
Estos tres pensamientos, se fundamentan en el miedo. El miedo a introducir cambios en tu vida profesional (y personal), porque hasta ahora has seguido “lo que toca”. ¿Te ha funcionado? ¿Crees que “lo que toca” le ha funcionado a nuestro sistema social? Los momentos de crisis colectiva, confrontan a cada individuo con sus propios miedos. Aparece el espacio y el tiempo para transitarlos, para hacer balance mirando tu trayectoria, para marcar nuevas metas profesionales. ¿Quién tiene el liderazgo de tu vida laboral, en este momento? ¿Es tuyo? ¿Ha sido tuyo alguna vez?
Detente 15 minutos al día durante 1 semana y practica este ejercicio de Respiración consciente. Practícalo a la misma hora (para generar un hábito) y ponte una alarma (para olvidarte de “tengo que controlar el tiempo” y centrarte en la práctica).
Inspira por la nariz y repite mentalmente “Inspiro calma y confianza”.
Exhala por la nariz y repite mentalmente “Exhalo tensión y miedo”.
A medida que avancen los 15 minutos, inspirarás más profundamente y podrás alargar la espiración (en lo posible y sin forzarla, siempre de manera cómoda).
Cuando sueltes el aire, pon atención en soltar la tensión, la angustia de estos momentos, la ansiedad, el insomnio, las pesadillas, el miedo, el cansancio, el agobio diario. Suelta todo lo que ha dejado de servirte. Libera tu mente de pensamientos negativos, dale la oportunidad de alcanzar una mayor claridad. Mantén tu mirada centrada en el ojo del huracán. El ojo del huracán, es un lugar de calma. A pesar del caos que gira a su alrededor.
Tómate un tiempo para notar los efectos de esta práctica. Practica la Respiración consciente durante una semana. Después, siente sus beneficios expandirse dentro de ti.
Revisa tu vida, profesional y personal. Hazte preguntas: ¿Quién soy yo?¿Qué me gusta y se me da bien?¿Qué tipo de trabajo quiero realizar?.
Detente a respirar. Entrena tu mente. Conecta con la serenidad.
La crisis que vivimos es transitoria. Los miedos son transitorios. Sin embargo, la oportunidad de aprendizaje que ofrecen, permanece en nosotros y nos fortalece.
Tu vida laboral puede tomar la dirección deseas. El primer paso es la decisión de vivir en coherencia. Pensar, sentir, actuar, en una misma dirección. ¿Y por qué no?